Es cada vez más frecuente la preocupación generalizada que existe ante las molestias digestivas o extradigestivas que los pacientes sienten por la ingesta de uno o varios alimentos, y más cuando en muchos de los casos, ni siquiera se asocia a una ingesta por alimentos. En esta ocasión, he contado con el Doctor Miguel Florido, médico de familia, que nos orientará para descubrir qué nos ocurre y cómo podemos gestionarlo de la mejor manera posible para que nuestro médico nos guíe.
La relación de confianza que tengamos con nuestro médico de familia; que es el primer eslabón de la cadena, es muy importante para el diagnóstico. ¿Me acompañas a leer su entrevista?
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¿Es muy frecuente la visita de pacientes a tu consulta con molestias relacionadas con la alimentación? ¿Qué enfermedades o patologías relacionadas con la alimentación suelen ser las más frecuentes y por qué se producen?
El aparato digestivo lo usamos a diario, y en varias ocasiones, es un sistema de nuestro organismo fundamental porque procesa los alimentos para obtener energía de ellos, pero también nos conecta con el entorno y nos ayuda a relacionarnos con los demás. Muchos de nuestros encuentros sociales se dan entorno a una mesa de comida o algo de beber, por todos estos motivos existe una gama infinita de sensaciones que pueden provocarnos los hábitos relacionados con la alimentación, muchos de ellos desagradables y constituyentes de trastorno o enfermedad. Así mismo, las personas cada vez están mejor informadas, o al menos muy sensibilizadas con la alimentación y eso genera muchas dudas, pero también una mayor sensibilidad a la sintomatología y signos que provocan los alimentos en nuestro organismo: gastritis, gastroenteritis, síndrome de colon irritable, reflujo, intolerancias alimentarias, alergias, estreñimiento… son algunas de las patologìas digestivas que más atendemos los médicos de familia.
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¿Existen pacientes que, sin saber lo que les ocurre realmente, se auto diagnostican y finalmente resulta peor el remedio que la enfermedad?
Actuar impulsivamente improvisando medidas terapéuticas u obteniendo información de fuentes poco fiable puede ser no sólo inefectiva, si no que puede empeorar nuestra salud, y gravemente.
¿Jugarías con la enfermedad de un familiar cercano? no; probablemente le recomendarías el asesoramiento de un buen profesional. Es así como debes abordar tus problemas de salud. Existe actualmente una “infoxicación” preocupante, que difunde fake news y bulos en salud que está suponiendo un riesgo importante para la salud de todos.
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Me encuentro con muchas personas que se hacen los famosos “test masivos de intolerancias” que no tienen ninguna validez científica. ¿Podrías explicarnos qué intolerancias son las que realmente están avaladas por la comunidad científica? ¿Qué pruebas existen?
Esos Test Masivos, en general, no han conseguido demostrar su validez, responden a la gran preocupación que tiene la gente con respecto a la alimentación pero generan ideas confusas y conclusiones inconsistentes. He asistido a significativos empeoramientos de la salud por el uso de estas herramientas dudosas.
Lo primero es entender qué significa una Intolerancia Alimentaria, que básicamente se refiere a no asimilar bien un alimento. Existen varios motivos para que un producto no te siente bien:
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Intolerancias imunológicas: alimentos que provocan reacciones alérgicas en las personas con predisposición, y otras reacciones mediadas por IG Gs, como por ejemplo la famosa Celiaquía, fenómeno por el cual algunos individuos responden autoagrediéndo su organismo por el contacto con el gluten y otras proteínas asociadas en alimentos que las contienen… daría para un artículo amplísimo, y me consta que haces una gran labor compartiendo información sobre esto en tu web.
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Intolerancias metabólicas: características idiosincráticas que dificultan a algunas personas la digestión de determinados alimentos. Es el caso de la intolerancia a la lactosa, fenilcetonuria, algunos tipos de intolerancia al gluten, a las gliadinas y muchas otras sustancias.
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Intolerancias tóxicas: alimentos contaminados por toxinas, por gérmenes infecciosos, o que de manera natural contienen sustancias tóxicas… Una seta venenosa, una ostra contaminada, etc…
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Intolerancias circunstanciales: no todo el mundo tolera igual de bien determinadas comidas. Los alimentos muy grasos, las legumbres, carnes rojas, picantes… pueden ser de difícil digestión en sí mismas, pero también sujetas al momento en el que las ingerimos, las cantidades, el tipo de preparación, nuestro estado de salud basal, estado anímico, etc...
La primera prueba es escuchar nuestro cuerpo, si algo no te sienta bien de manera habitual y constante es que no lo toleras, punto. El siguiente paso es consultar con un profesional de la medicina para que pueda hacer una completa entrevista clínica, exploración física y orientar el estudio pertinente, si fuera necesario. En la mayoría de los casos, con estas premisas obtenemos un diagnóstico muy ajustado, o por lo menos, una aproximación diagnóstica que descarta muchas opciones. En último lugar disponemos de muchas pruebas complementarias que pueden servir de ayuda: análisis de sangre, estudios de imagen, pruebas de alergia, test de aire espirado, test de heces, cultivos varios, biopsias, etc...
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¿Qué pruebas se pueden realizar desde la consulta de medicina general relacionadas con las alergias e intolerancias? ¿Cuándo es el momento adecuado para derivar al especialista?
Actualmente contamos en los centros de salud con perfiles analíticos específicos para el cribado de Celiaquía, una enfermedad que preocupa a muchas personas. Radiografías y ecografía se solicitan también en el entorno de atención primaria, y pueden servir para descartar otros trastornos que justifiquen intolerancias. Endoscopias digestivas altas y bajas pueden ser solicitadas por médicos de cabecera para orientar enfermedades del aparato digestivo. Analíticas generales de sangre con un catálogo amplísimo de marcadores, estudios de heces, pruebas inmunológicas básicas, marcadores básicos de alergias comunes…
Pero todas estas herramientas son secundarias si lo comparamos con una buena entrevista clínica y la exploración física general.
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¿Cómo sabe un paciente si es alérgico a un medicamento? ¿Cuáles son las alergias más frecuentes en medicamentos?
Lo primero es la propia sospecha del paciente, que relaciona una reacción en su organismo con la ingesta previa y reciente de un fármaco. Sin esto no hay sospecha clínica. Es un argumento estupendo para reivindicar la “no automedicación”, la prudencia extrema en el uso de medicamentos, y la consulta con el médico ante cualquier reacción indeseada relacionada con la toma de un fármaco.
Las alergias medicamentosas más frecuentes son a la penicilina, el ácido acetil salicílico, los aines, el metamizol, las sulfamidas...
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Existen muchos excipientes de medicamentos que contienen alérgenos. Normalmente, antes de recetar cualquier fármaco, ¿Los médicos suelen consultarlos?
¡Los consultamos menos de lo que deberíamos! y nuestros pacientes multialérgicos deben ayudarnos a sensibilizarnos más, solicitándonos información de cualquier nueva prescripción. La prescripción mediantes softwares de receta electrónica facilita esta labor pero todavía pueden mejorarse mucho para ser más eficaces en la detección y prevención de alergias medicamentosas.
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¿Cómo pueden facilitar tus pacientes tu trabajo para buscar un diagnóstico o derivar al especialista adecuado?
Escuchando bien a su cuerpo, apuntando bien la información relevante previa a cualquier incidente de salud: calendario nutricional, medicamentos consumidos, circunstancias de las ingestas, descripción detallada y ordenada de los síntomas y signos experimentados, cronología de los sucesos…
Valoro mucho la intuición de mis pacientes cuando emiten sus propias sospechas y opiniones sobre los sucesos en su salud.
También me parece muy interesante que mis pacientes tengan bibliografía y recursos web fiables para que mejoren sus conocimientos. Pacientes bien informados mejoran su salud, pero también mejoran la calidad de los diagnósticos, las estrategias clínicas y los tratamientos.
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¿Crees que hoy en día, más que nunca, la relación entre médico-paciente es importante? ¿Cómo es el paciente ideal para un médico?
Hoy en día no, ¡siempre lo ha sido! Una buena relación basada en la confianza es en sí misma terapéutica. El médico tiene la capacidad de aliviar las dolencias de un paciente con el simple hecho de recibirlo con empatía, humanidad y profesionalidad.
No existen pacientes ideales, pero creo que todos los médicos apreciamos mucho a los pacientes que nos brindan su confianza, que se comunican con sinceridad y que nos transmiten sus preocupaciones de manera ordenada y concisa.
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¿Qué recomendaciones haces a un paciente a la hora de viajar con alergias e intolerancias relacionadas con la alimentación, vacunas y medicación?
Que consulten antes de viajar con su médico de cabecera, que se informen bien del destino al que van en webs bien avaladas, que se provean de un botiquín personalizado y aprendan a usarlo con las indicaciones de su médico de confianza. Recomiendo que cuenten siempre con un buen seguro de asistencia sanitaria en viaje por si tienen incidencias importantes. Y como no, invitarles a ser prudentes en su itinerario turístico y contacto con la gastronomía local en destino.
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En nuestra comunidad, la desesperación por brotes de dermatitis atópica, asma y síntomas repentinos es muy frecuentes ¿Atiendes a pacientes con estas características de manera online?
La consulta médica online me permite ayudar a los pacientes a entender mejor sus patologías. Suelo proporcionar herramientas web para mejorar el conocimiento de sus trastornos, y en ocasiones, les proporciono perfiles interesantes a los que seguir para inspirarse y ampliar sus miras.
Revisar tratamientos, proponer mejoras de los mismos, continuar prescripciones… Consejos de estilos de vida, recomendaciones generales, instrucciones ante situaciones concretas… La consulta médica online le sirve a muchos pacientes con alergias, dermatitis y asma.
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¿Algo interesante desde el punto de vista de la medicina que alguien alérgico deba saber o deba tener precaución? Por ejemplo, contraindicaciones como la vacuna de la gripe y la alergia al huevo.
No sabría con qué quedarme, pero al menos recordarles que muchos pacientes con asma y antecedentes de dermatitis atópica en la infancia, desarrollan precozmente alergia al ácido acetil salicílico y otros AINES. Muchos anticatarrales de dispensación libre en farmacias contienen alguno de estos productos. ¡No automedicarse!
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¿Qué mensaje final lanzarías a una persona que está luchando con su propio cuerpo y está en busca de un diagnóstico de intolerancias alimentarias, alergias alimentarias, celiaquía u otras patologías?
Pues que no debe luchar contra su cuerpo, debe escucharlo. Que la información veraz y con garantías científicas es el primer arma para combatir la enfermedad. Que elijan bien a su médico de cabecera, confiar en tu médico es indispensable para disfrutar del proceso de mejora de la salud. Que si algo no funciona debes plantearte cambiarlo. Que haciendo lo mismo llegas a los mismos sitios. Que las pruebas diagnósticas, ¡no curan!, solo aportan información, y que si esa información no implica cambiar la actitud terapéutica, puede que simplemente aporte información irrelevante, morbosa o empeore la preocupación sobre la enfermedad (de manera estéril).
SOBRE EL DOCTOR FLORIDO:
Miguel Florido es un Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, con amplia experiencia asistencial en el entorno de la Atención Primaria y Urgencias. Viajero empedernido ha colaborado en múltiples proyectos de Cooperación Internacional como Médico Voluntario.
Participa activamente en la esfera digital desde el inicio de la expansión mundial de internet. Presente en redes sociales (Instagram, Facebook) y CEO de www.doctorflorido.com, website profesional donde ofrece consulta médica online desde 2017.