¿Qué es lo primero que haces cuando ves a una persona con gafas? ¿O en silla de ruedas? ¿Le repites su situación? No suele darse el caso, ¿verdad? Eso significa que son situaciones normalizadas en la sociedad. Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando en una mesa alguien no come lo mismo que el resto porque “no puede”? Es el centro de atención, le recuerdan lo “mal” que tiene que ser su vida viviendo con esa restricción alimentaria e incluso, hacen bromas del tipo ...
“¿Y qué comes?, ¿Y si te paso esta “gamba” por la cara?” “Lo tuyo es una putada" (acompañado de una risa)
¿Te resultan familiares este tipo de reacciones? Si eres una persona con restricciones alimentarias, probablemente sí. Pero si acabas de llegar y te has topado con este artículo, es posible que tú hayas dicho este tipo de cosas a alguien con restricciones. No pasa nada, no te lo vamos a tener en cuenta ;) porque para eso he redactado este artículo, para que puedas sensibilizarse y ser más consciente de tus comentarios en estos casos.
Todos nos hemos sentido diferentes en algún momento de nuestra vida, sobre todo siendo más pequeños, donde estamos construyendo nuestra personalidad y autoestima y todo nos afecta un poco más. Los niños con alergias alimentarias están muy condicionados por los miedos que los padres les inculcan, al sentirse tan inseguros en entornos donde no pueden controlar lo que otros hacen con su hijo. Imagínate: otros niños con las manos sin lavar, mesas llenas de restos de comida, juegos con comida … Y sí, a muchos niños alérgicos no solo les afecta la ingesta, sino el contacto o inhalación. Las madres no están exagerando. Se llama protección. Yo nunca he sido madre, pero he sido hija multialérgica con una madre que hace 26 años la tomaban por loca. Y no es que ahora “se sepa mucho más de todo esto”. Es que se sabe por todo lo que la gente escucha, pero pocas personas lo entienden, a no ser que lo vivan muy de cerca.
Por eso, hoy voy a explicarte lo que significa la exclusión y la inclusión alimentaria. Para ello, he creado un gráfico que lo resume muy bien:
Imaginemos que todas las pintitas amarillas son personas sin restricciones alimentarias. Las de color fucsia son personas con alergias alimentarias, las azules tienen enfermedad celíaca, las verdes colon irritable, las naranjas son veganas y las rojas intolerantes a la lactosa. Como puedes ver, existe mucha diversidad alimentaria, pero tienes que entender algo muy importante: hay algunas que se dan por elección propia y otras son debidas a salud. Una persona puede elegir ser vegana o vegeteriana y es completamente respetable. Pero una persona celíaca, con intolerancias o con alergias no puede elegirlo. ¿Cuáles de estas últimas son más graves? En primer lugar, las alergias alimentarias, porque se puede generar un shock anafiláctico, luego, la enfermedad celíaca, por las lesiones que se producen en el intestino y por último, las intolerancias.
¿Significa todo esto que debemos de tratar todas estas personas de diferente manera dependiendo de la gravedad de su patología? Evidentemente, hay que tener en cuenta las que se producen por salud, la manipulación de la comida se hace con mucho cuidado, pero en cuanto al trato, se debe tratar a la persona como lo que es, UNA PERSONA como tú y como yo. Parece algo evidente, pero es que no es la primera vez que ponen en una esquina contra la pared a un niño mientras sus compañeros comen, solo porque los cuidadores no saben cómo manejar su restricción. No es la primera vez que un niño no va al colegio porque han decidido hacer una fiesta merienda con cosas que le dan alergia.
Y ahora, como pongo tantos ejemplos con niños, pensarás que esto solo se da en la infancia. Déjame decirte que no. En la edad adulta también. Sucede en las comidas familiares, sucede con los amigos, sucede con los trabajos, y lo peor, sucede incluso con nuestras propias parejas; muchas de ellas no lo entienden.
Está en ti fomentar la inclusión alimentaria, donde todos deben de ser bienvenidos. ¿Cómo?
Primero, entendiendo la diferencia entre cada patología (te invito a leer una guía básica que he escrito sobre esto ).
Segundo, si eres una persona a la que le afecta directamente, explica tu situación lo más tranquil@ posible. Entiende que hay personas que no tienen ni idea y dales el beneficio de la duda.
Tercero: paciencia. Hay muchas personas que no lo entiendan a la primera porque no les ha tocado nunca de cerca. Si no lo entienden, no gastes tu energía.
Cuarto; si no te afecta pero ves una situación injusta (por ejemplo en la clase de tu hijo hay un niño alérgico y otros padres no quieren adaptar las comidas en un cumpleaños), imponte. Defiende la situación y empatiza con la misma. Estarás ayudando a otras familias.
Quinto; si no te afecta y ves que alguien se encuentra en una situación delicada (como por ejemplo que sea alérgica al marisco y todo el grupo de amigos quiera ir a una marisquería), propón una solución apta para todos (por ejemplo, puedes acompañarla a buscar algo para ella en otro lado o proponiendo ir a otro lugar). Al final, tú siempre podrás elegir ir a cualquier lugar, esa persona no.
La gente cree que la discriminación solo se da por raza, religión o diversidad funcional. Lo que no saben es que también se da por patologías que no se ven, como las alergias, intolerancias u otras restricciones alimentarias. Por eso, si crees que esto puede ser interesante para tu entorno, comparte :)
Las restricciones alimentarias son cosa de todos, no es algo ajeno a ti, y mañana, te podría tocar a ti :)
Un beso sin trazas a todo mi equipo táper.